La hipertensión arterial, o presión arterial alta, es una condición que afecta a más del 40% de la población adulta, especialmente a partir de los 50 años de edad. Esta enfermedad se caracteriza por una fuerza excesiva que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias de manera constante, lo que obliga al corazón a trabajar de manera más intensa para bombear la sangre.
¿Cómo se mide la hipertensión?
Es fundamental comprender que la presión arterial se expresa en milímetros de mercurio (mm Hg) y se clasifica en las siguientes categorías principales:
Presión arterial óptima: el valor máximo inferior a 120 y el mínimo inferior a 80.
Presión arterial normal: el máximo entre 120 y 129 y el mínimo entre 80 y 84 mm Hg.
Presión arterial normal-alta: El valor máximo oscila entre 130 y 139 mm Hg, mientras que el valor mínimo oscila entre 85 y 89 mm Hg.
Hipertensión grado 1: El valor máximo se sitúa entre 140 y 159 mm Hg, y el valor mínimo oscila entre 90 y 99 mm Hg.
Hipertensión grado 2: El valor máximo se sitúa entre 160 y 179 mm Hg, y el valor mínimo oscila entre 100 y 109 mm Hg.
Hipertensión grado 3: El valor máximo es igual o superior a 180 mm Hg, y el valor mínimo es igual o superior a 110 mm Hg.
Es importante tener en cuenta que si la presión arterial alta no se trata, aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otros trastornos cardiovasculares.
Los principales síntomas de la hipertensión
La mayoría de las personas con hipertensión no experimentan síntomas evidentes. Sin embargo, en casos de presión arterial extremadamente alta, pueden aparecer los siguientes signos y síntomas:
- Dolor intenso de cabeza
- Visión borrosa
- Dolor en el pecho
- Mareos o náuseas
- Dificultad para respirar
- Ansiedad
- Hemorragia nasal
- Cambios en el ritmo cardíaco
- Pitidos en los oídos
Aunque estos síntomas pueden ser señales de hipertensión, el único método confiable para diagnosticarla es mediante la medición de la presión arterial por parte de un profesional de la salud.
¿Cómo podemos prevenirla?
Para poder prevenir la hipertensión es fundamental adoptar un estilo de vida saludable y seguir las siguientes recomendaciones:
- Dieta saludable: Reducir la ingesta de sal, aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio y optar por alimentos bajos en grasa.
- Ejercicio regular: Mantener una rutina de ejercicio puede contribuir a mantener un peso saludable y a reducir la presión arterial.
- Peso saludable: El sobrepeso u obesidad aumentan el riesgo de hipertensión, por lo que es importante mantener un peso adecuado.
- Limitar el consumo de alcohol: Beber en exceso puede elevar la presión arterial, por lo que se recomienda consumir alcohol con moderación.
- No fumar: El tabaquismo eleva la presión arterial y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Controlar el estrés: Gestionar el estrés puede mejorar tanto la salud emocional como física, y contribuir a mantener la presión arterial en niveles saludables.